Efectos de la suplementación con vitamina C en cerdas lactantes
El estrés oxidativo y nitrosativo ocurre cuando el cuerpo produce más sustancias perjudiciales de las que puede eliminar, causando desequilibrios. A partir del último tercio de la gestación y durante la lactancia, las cerdas enfrentan estrés oxidativo inducido por la alta carga metabólica de estas etapas de producción, lo que frecuentemente compromete su recuperación para el siguiente ciclo reproductivo (Berchieri-Ronchi et al., 2011). Este desequilibrio puede promover una respuesta inflamatoria y afectar negativamente su fertilidad y productividad, factores que, en conjunto, resultan en pérdidas económicas para los productores (Smołucha, Steg y Oczkowicz, 2024).
Cerdas hiperprolíficas y el estrés oxidativo
La prolificidad porcina ha experimentado avances notables en las últimas décadas. Los programas intensivos de selección genética, orientados al aumento del tamaño de las camadas, han dado lugar a líneas hiperprolíficas, incrementando las tasas de ovulación en 4 a 5 óvulos. Sin embargo, este progreso ha estado acompañado con frecuencia por una reducción en la supervivencia embrionaria durante el primer tercio de la gestación (Matte y Lauridsen, 2012).
Las cerdas hiperprolíficas son particularmente vulnerables al estrés oxidativo debido a su alta demanda energética, asociada al rápido desarrollo fetal en el último tercio de la gestación, junto con el inicio de la lactancia. Este desequilibrio fisiológico impacta negativamente el comportamiento materno y el rendimiento reproductivo en el período previo al parto (Shin et al., 2024). Además, factores externos como el estrés por calor intensifican el estrés oxidativo, lo que se traduce en una menor ingesta de alimento, reducción en la producción de leche y un peor desempeño reproductivo (Feng et al., 2017).
Las estrategias nutricionales han surgido como una alternativa eficaz y económica para mitigar el estrés oxidativo, especialmente en sistemas de producción intensiva (Li et al., 2022). Diversos antioxidantes, incluidas vitaminas, minerales y extractos vegetales, han demostrado ser prometedores para reducir el estrés oxidativo en cerdas durante el final de la gestación y la lactancia.
La vitamina C como aliada nutricional
La vitamina C, también conocida como ácido ascórbico, es un potente antioxidante que ayuda a proteger los tejidos contra los daños causados por el estrés oxidativo. Además, reduce el proceso de muerte celular y protege el material genético al neutralizar los radicales libres derivados del estrés oxidativo. En condiciones de estrés por calor, la suplementación con vitamina C, a menudo combinada con otras vitaminas y microminerales, ha mostrado mejoras en el desempeño productivo y en la calidad de la carne de los cerdos (Smołucha, Steg y Oczkowicz, 2024).
Aunque los requerimientos nutricionales de vitamina C en porcinos no están completamente definidos — dado que pueden sintetizarla de forma endógena — la evidencia sugiere que la suplementación es beneficiosa en condiciones de estrés (Parraguez et al., 2021). La vitamina C mejora la absorción del hierro (Aznar et al., 2024) y previene inflamaciones en la glándula mamaria, además de apoyar funciones fisiológicas críticas durante la lactancia, cuando los niveles de proteínas, vitaminas y minerales suelen agotarse (Lechowski et al., 2016).
BENEFICIOS:
Mejora en la lucha contra el estrés oxidativo y por calor
La vitamina C ayuda a mitigar el estrés oxidativo en cerdas lactantes bajo condiciones de estrés por calor (29°C). Estos animales mostraron niveles más bajos de vitamina C en sangre, y su suplementación mejoró la ganancia de peso de los lechones al destete (Riker et al., 1967; Brown et al., 1975). Además, estudios indican que la combinación de vitaminas C y E redujo tanto la temperatura corporal de las cerdas en el período previo al parto como el intervalo destete-celo (Sosnowska et al., 2011).
Figura 1. Variaciones en la temperatura rectal de cerdos tratados con ácido ascórbico durante el estrés por calor. Valores con superíndices diferentes son significativamente distintos en P<0,05. Extraído de Adenkola, Ayo y Sackey (2009).
Apoyo a la lactancia y desarrollo neonatal
La suplementación con vitamina C aumenta sus niveles en el calostro y la leche. Es importante destacar que esta vitamina es esencial para la salud y el crecimiento de los lechones, especialmente en los primeros días de vida, cuando aún no pueden sintetizar este nutriente. Además, la suplementación en cerdas de primer y segundo parto a partir del día 76 de gestación proporcionó mayores concentraciones de vitamina C en sangre y un mayor peso al nacimiento de los lechones (Sosnowska et al., 2011; Aznar et al., 2024).
Figura 2. Concentración de ácido ascórbico en el calostro y la leche de cerdas de 0 a 14 días posparto. Adaptado de Ching, Mahan y Dabrowski (2001).
Tabla 1. Medias ajustadas (±EP) para el peso al nacer (kg) de lechones.
Mejora en la inmunidad materna y neonatal
Aumenta los niveles de inmunoglobulina G (IgG) en sangre, fortaleciendo las defensas contra infecciones entéricas en lechones y reduciendo los efectos del estrés oxidativo en cerdas expuestas a altas temperaturas ambientales (Feng et al., 2017).Favorece la absorción de hierro al formar complejos con otras moléculas que facilitan su almacenamiento y disponibilidad en el organismo. La suplementación ha demostrado ser valiosa en cerdas hiperprolíficas, que presentan mayores requerimientos de hierro (Aznar et al., 2024).
Mejora en la absorción de hierro
Favorece la absorción de hierro al formar complejos con otras moléculas que facilitan su almacenamiento y disponibilidad en el organismo. La suplementación ha demostrado ser valiosa en cerdas hiperprolíficas, que presentan mayores requerimientos de hierro (Aznar et al., 2024).
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Vinicius Moreira
Pesquisador em Suínos
